Pep Guardiola: un símbolo que va a Mas





Desde que, en México, Guardiola dijera aquello de amo mucho a Cataluña (…) somos un país pequeño", no ha dejado de ser imagen del proceso soberanista cada vez que éste ha necesitado de proyección pública. Cuando Artur Mas cruzó el Rubicón de la independencia, en la Diada del año 2012, ya entonces su vocero de mayor repercusión mediática fue Pep Guardiola.
Ahora Pep reclama la autodeterminación en un vídeo producido por la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Es una astuta maniobra, aunque las consideraciones sobre el fondo del asunto sean otras. Por ejemplo si se puede aplicar el término autodeterminación a lo que pasa en Cataluña o a lo que quiere Artur Mas. El fondo es para otro debate, la forma puede con todo. El valor del portavoz.
El entrenador que fue del mejor equipo del mundo (el Barça) y que puede serlo de otro que le suceda en el trono (El Bayern de Munich). Un personaje capaz de hacer viajar su mensaje muy lejos; de dar varias vueltas al planeta en poco tiempo. Con eso se demuestran dos cosas: la especial cualidad del fútbol para abanderar causas políticas y hacerlas llegar a cualquier lugar, y la realidad del Barça, siempre más que un club de fútbol, para dar cuerpo al sentimiento nacionalista catalán.
 El fútbol es el mejor vehículo para aventar esos mensajes. Más aún los del nacionalismo. Si la ANC pretende llegar a 40 “asambleas exteriores”, con lo que estaría representada “en una quinta parte de los países reconocidos por la ONU”, ha dado en el clavo. La FIFA tiene más países asociados que la propia ONU. Dicho de otro modo: para el común de los mortales lo que diga Guardiola tiene más repercusión que lo que diga Ban Ki-moon.


Mucha Mas.